10 mayo, 2016
Por: Rosa María Mendizabal / Mtra. en Educación Especial
En mi trabajo con padres y bebés me he dado cuenta de que los padres están muy interesados en encontrar el mejor programa de estimulación para sus hijos. La decisión es difícil pues existen en el mercado un sin fin de ofertas que empiezan desde estimulación prenatal y pasan por estimulación en el agua, con caballos, con música, con gimnasia, etc. Es por esto que padres y madres se dan a la tarea de leer una gran cantidad de libros y visitar un sinnúmero de lugares que los lleve a encontrar la respuesta, no sin antes consultar con familiares y especialistas. Esto mismo me motivó hace ya muchos años a emprender la misma búsqueda, para que cuando los padres acudieran a mí con esta pregunta, yo tuviera la mejor respuesta.
Después de más de 10 años de experiencia en este campo y habiendo conocido infinidad de propuestas de estimulación, he descubierto que la respuesta siempre ha estado a la vista, que es lo más simple y al mismo tiempo complejo y fascinante, no existe nada más estimulante para un ser humano que una interacción cálida y significativa con sus padres o cuidadores.
No existe ningún curso ni ningún libro (al menos que yo sepa), titulado “Pasos para establecer una relación cálida y significativa”. El manual no sirve en este caso, lo que necesitamos es vivirla en el día a día necesitamos atrevernos a establecerla sin miedos y a experimentarla, eso es lo que permitirá al niño salir al mundo y establecer relaciones con los otros de manera sana y enriquecedora.
Una interacción cálida es intuitiva, genuina, desinteresada, pero sobre todo generosa y en ocasiones también es dolorosa. No se condiciona ni se limita, surge desde el corazón, no desde la razón, se da de manera natural y requiere tiempo y dedicación.
Por supuesto que existen especialistas en la materia, los han existido siempre, algunos no lo saben, la mayoría pareciera haber estudiado un doctorado en el tema, sólo que no les dieron su título para colgarlo en la pared. Estas eminencias se llaman mamá y papá, ellos, por naturaleza de nuestra especie, como la mayoría de los mamíferos, tienen una predisposición genética que les permite establecer esta interacción con su cría. Dicha interacción tiene la función, en un primer momento, de asegurar la supervivencia de la cría, fortalece el sistema inmunológico y favorece el desarrollo neurológico.
Este tipo de interacción varía de acuerdo a la cultura y costumbres de cada familia, pero en general incluye elementos básicos como el intercambio de miradas, sonrisas y voz, así como otros elementos más sutiles como respeto, conocimiento y donación.
La cercanía con los padres es fundamental para establecer este tipo de interacción, inclusive ya desde el nacimiento se promueve dicha cercanía a través del método madre canguro en los hospitales de todo el mundo, en el que la madre o el padre colocan al bebé en su pecho. Otra propuesta para favorecer dicha cercanía es el rebozo, mismo que actualmente se puede encontrar en tiendas departamentales y hay gran variedad de modelos.
El juego es otra oportunidad de establecer esta interacción, no se necesita tener los juguetes más caros ni modernos, se necesita conocer los gustos del bebé, así como la etapa del desarrollo en la que se encuentra para saber qué tipo de actividades y elementos llamarán su atención. El juego es por naturaleza la manera en la que los niños aprenden, es importante permitir que sean ellos quienes hagan las propuestas, no los adultos, ellos son nuestros maestros en esta materia. A través del juego los niños nos hablan, nos dicen lo que necesitan, lo que les gusta, lo que le preocupa…estar atentos a lo que quieren comunicar y permitirles expresar por este medio es importante y es una excelente manera para conocerse mutuamente.
Otra alternativa que favorece este tipo de interacción cálida y significativa es el masaje infantil, los educadores de masaje infantil en todo el mundo promueven este tipo de acercamiento entre padres y bebés a través de un espacio de intimidad, de conocimiento mutuo y de estimulación sensorial, y consideran a los padres los especialistas en el cuidado de sus hijos. En las sesiones de masaje se promueve el respeto y la escucha del niño, es un diálogo, no es algo que se le haga al niño, sino que se hace junto con el niño (Bond 2007).
Los programas de estimulación temprana son un complemento maravilloso, un programa que verdaderamente pretende estimular todas las áreas de desarrollo en el niño siempre incluirá a los padres y velará a toda costa por la interacción cálida, dándoles el poder de decisión a través de la información, favoreciendo el conocimiento mutuo y respetando el desarrollo natural, sin pretender adelantar procesos, a través de un acompañamiento igualmente cálido y amoroso.
A veces creemos que un material novedoso, un lugar grande o un instructor extremadamente capacitado pueden hacer la diferencia en la vida y desarrollo de un niño, la realidad es que la diferencia está en las manos de cada madre y padre que amorosamente acompañan y significan el mundo para sus hijos.
Dejemos de buscar fuera, la respuesta la tenemos a la vista, la hemos tenido siempre en nuestras manos y en nuestro corazón.
REMI: Red de Educadores de Masaje Infantil/México A.C. es una Asociación civil sin fines de lucro, que ofrece una filosofía de vida sólida y humanista en torno a temas de crianza, maternidad, desarrollo humano y masaje infantil a través del futuro
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