8 mayo, 2016
Por: Magdalena Vásquez García / Mtra. en Psic. Clínica y Psicoterapia
El miedo y la desconfianza son obstáculos para establecer interacciones de afecto positivas; el nacimiento es una separación traumática para el bebé que puede contrarrestarse por el contacto con la madre lo más pronto que sea posible; la Naturaleza ha previsto que durante el trabajo de parto la madre secrete oxitocina, hormona que además de provocar contracciones uterinas promueve el establecimiento de vínculos afectivos, que influye tanto en la madre como en el bebé en proceso de nacer, puesto que de la circulación materna pasa a la del bebé a través de la placenta.
Este proceso natural no se lleva acabo de modo apropiado por dos factores frecuentes en la práctica gineco-obstétrica y la atención hospitalaria perinatal:
a) programación de cesáreas que no permiten trabajo de parto y por tanto tampoco suficiente secreción de oxitocina. b) separación del bebé de la madre para trasladarlo a un cunero, lo que impide el contacto temprano piel a piel entre éste y la madre.
Se puede decir a las madres “en tus manos está”, puesto que pueden adoptar un rol activo en las decisiones de la atención médico hospitalaria en vez de someterse pasivamente a las decisiones del personal que las atiende.
Por otra parte, es necesario concientizar a ginecólogos y pediatras de la importancia del tacto, del contacto piel a piel para el establecimiento del vínculo afectivo, lo cual trae beneficios globales para la relación futura no sólo con la madre sino con otras personas; el buen desempeño técnico de los profesionales es sumamente importante, pero no suficiente para los aspectos del desarrollo humano.
El contacto físico es tan nutriente para el desarrollo integral del bebé como los componentes de la leche materna y se da de manera natural en madres y padres a su necesidad de expresar amor, siempre y cuando no estén bajo los prejuicios tan arraigados en nuestra cultura de no sostener en brazos a sus hijos para no malcriarlos, de no atender su llanto porque se malacostumbran. Como si no fuera su llanto una forma de expresar sus necesidades.
Se sabe ya bastante acerca de los efectos tan devastadores físicos y emocionales de la falta de estímulos táctiles y a pesar de las evidencias se le resta importancia.
Es por todo lo anterior que el masaje infantil representa una herramienta para los padres ya que el tacto, es el único sentido que implica siempre una reciprocidad, de ahí que el beneficio siempre es mutuo.
REMI: Red de Educadores de Masaje Infantil/México A.C. es una Asociación civil sin fines de lucro, que ofrece una filosofía de vida sólida y humanista en torno a temas de crianza, maternidad, desarrollo humano y masaje infantil a través del futuro
Conoce más